THE QUEEN IS DEAD / THE SMITHS

El año 1985 pilló muy bien parados a The Smiths, porque estaban en el momento justo donde el éxito empieza a crecer a toda velocidad  y los deja totalmente dispuestos a comerse el mundo musical con sus discos llenos de magia instrumental junto a letras desoladoras e irónicas que calaban a fondo en el oyente.
En esos días de invierno, estos cuatro muchachos oriundos de Manchester estaban revolucionando el ambiente musical dejando muy en claro de que todo lo que tocaban se convertía en oro y que ya no tenían miedo a equivocarse ni a tomar riesgos creativos. Este era su momento y tenían que aprovecharlo al máximo.

Por esa razón Morrisey y Johnny Marr, los Lennon/McCartney de los ochentas, volvieron a sentarse frente a frente, el primero con una grabadora sobre sus rodillas y el otro con una guitarra. Ambos eran los cerebros detrás de las canciones, ambos tenían la magia en poemas y acordes.
Cuando se juntaron, Johnny venía de pasar una semana entera escuchando discos de los Stooges, la Velvet Underground  y un compilado de varias bandas "garage" del under de Detroit. Mientras que Morrisey estaba algo hastiado de que la prensa solo se preocupara de su extravagante personalidad o su castidad sexual y no le tomaran el peso a sus críticas sobre el régimen político de Margaret Thatcher. Se sentía amarrado a ser la cara visible de la banda, porque a la prensa le interesaba alzarlo como una figura del Pop/Rock desechable y  sabían que no venderían diarios o revistas hablando de lo que realmente era este tipo: Un artista completo.

Por esa razón es que cuando empezaron a grabar su tercer disco, Morrisey quería titularlo "Margaret On The Guillotin" y casi lo logra, pero prefirieron no ir de inmediato al choque y terminaron bautizándolo como "The Queen Is Dead", tomado de la novela "Last Exit To Brooklyn" del escritor estadounidense Hubert Selly.
En este disco la banda quería apostar a la variedad  de estilos, por ello empezaron a sacar melodías frenéticas post-punk, un poco de música bailable y las incondicionales baladas, pero de esas que solo estos cuatro ingleses nos podían mostrar.
En esas canciones las letras y la performance de Morrisey serían tan potentes como conmovedoras. Tras él venía la guitarra melódica de un brillante Johnny Marr que navega entre lo sobrio y lo complejo.  Y tras ellos la sección rítmica queda bien estructurada con Andy Rourke y Mike Joyce quienes aportan calidad y diversión, dejando nuevamente en claro que ellos eran indispensables para la magia del grupo.

El 16 de Junio de 1986, y tras varias peleas con su casa disquera Rough Trade, se publicaba "The Queen Is Dead" y en cuestión de semanas quedaba demostrado que estos mancunianos eran la mejor banda de rock del planeta. El disco llegó a la casilla #2 de las listas del Reino Unido y eso que muchas radioemisoras tenían entre ceja y ceja a la banda por culpa de un paranoíco Morrisey que los acusaba constantemente de poner "canciones poperas cuya esencia era que no decían nada" agregando que estos empresarios "eran unos fascistas de primera línea al querer censurarlos".
Es que The Smiths rompían todo el paradigma del pop/rock de ese entonces, y para muchos eran el estandarte de la música británica, esa que tuvo un buen periodo durante el punk donde revolucionaron sonidos hasta llegar al new wave y que después se fue perdiendo al querer tomar sea como sea los primeros lugares de los charts imitando todo que se hacía al lado del charco.
Asi que vamos e internemonos dentro de lo que rodea cada pieza de este gran disco, ese que el 2006 la NME nombró como el segundo mejor álbum británico de todos los tiempos.


"The Queen Is Dead": Un extracto de "Take Me Back To Dear Old Brighty" cantada por el personaje de Cicley Courtneidge en la película "The L-Shaped Room" de 1962 le da el pitazo inicial a esta canción que de entrada le empieza a dar duro a la monarquía británica. Es que Morrisey notaba que el Reino Unido había perdido la felicidad de antaño y pasó a ser una sociedad que esperaba que la Reina les solucionara todo o les dijera que hacer y que no hacer.
La parte musical salió de una jam session de trece minutos donde Johnny Marr probó todo lo que podía hacer con su pedal wah-wah. A raíz de eso Andy Rourke catalogaba esta canción como una obra funky-punk.

"Frankly, Mr. Shankly": Escrita por Johnny y Morrisey en el verano de 1985, y estaba dedicada dedicada a Geoff Travis, el dueño del sello independiente Rough Trade. Es que cuando estaban grabando el disco, la banda recibió una oferta de EMI la cuál era muy difícil de rechazar para la banda. Cuando Travis se enteró de la negociaciones, llamó a su buffette de abogados y puso una orden judicial que evitaba que la banda publicara cualquier material nuevo. Eso llevó a que estuvieran ocho meses sin lanzar singles y que el disco tuviera que esperar seis meses para ser publicado. Aprovechando su tiempo libre, Morrisey le escribió una carta a Linda McCartney invitándola a que cantara en los coros y tocara piano en esta canción. Pero la esposa de Paul rechazó la invitación.

"I Know It's Over"Johnny Marr declara que esta es su canción favorita del disco porque la grabaron justo a la hora del té y en un día húmedo, nublado, muy típico de Inglaterra.
Es que en esta balada de tintes oscuros el mensaje es bastante claro, la melancolía es también parte de la vida y Morrisey escribe sobre un hombre que está a punto de morir, pero este hombre solitario no le teme a la muerte pero la respeta. La hora de partir llega sin previo aviso y sin un boleto de vuelta.

"Never Had No One Ever":  Cuando entraron al estudio, la banda se propuso que esta canción tenía que ser sí o sí una obra de arte. Y lo que nos entregan es otra canción de tintes oscuros, donde Morrisey deja en claro que ya no era feliz viviendo en Manchester. Es que el vocalista encontraba que la magia de esa ciudad se había perdido de un día para otro, y se había transformado en un lugar triste para vivir. A eso le sumaba que en la interna de la banda tampoco estaba pasando buenos momentos, ya que a los problemas legales con su casa disquera se sumaba el echo de no tener un manager, de estar saliendo a flote por su cuenta y eso llevaba a que tuvieran tensas discusiones que iban poco a poco desgastando a la banda. Eso si, para Marr esta es una obra maestra.

"Cementery Gates":  Otra canción que habla sobre el fin de nuestras vidas. Es que Morrisey siempre tuvo una obsesión por la muerte ya que desde niño solía ir a darse una vueltas por el cementerio de Manchester y además sentía fascinación por esas figuras publicas marcadas por la tragedia, como por ejemplo James Dean, quien murió a los 24 años en un accidente automovilístico cuando estaba en su mejor momento de su carrera cinematográfica.
Uno de los detalles mas llamativos en esta canción es que Morrisey nombra a tres de sus escritores favoritos que tenían en común haberle escrito y enfrentado a la muerte. Al primero que se le hace referencia es a Oscar Wilde, quien murió en la miseria a los 46 años, a causa de una meningitis, pero se cuenta que antes de partir pidió un champán y exclamó "estoy muriendo por encima de mis posibilidades". El siguiente en aparecer es John Keats, un poeta inglés que quedó huérfano a los 14 años y murió a los 25 a causa de la tuberculosis. Keat escribió el poema "When I Have Fears", que era un lamento sobre el miedo a morir. Y por ultimo aparece el escritor irlandés W.B. Yeats, quien escribió un poema titulado "Death", donde nos dice que los humanos son la única especie que le teme a la muerte, y además asegura que fue el hombre quien creó la muerte.




"Bigmouth Strikes Again": Este es un clásico de clásicos de la banda y estaba dedicado a la prensa de espectáculos, en especial a esos que perseguían a Morrisey a todas partes buscando un titular en su contra. Por esa razón el cantante llega a niveles máximos de sentirse perseguido que hasta se compara con la mártir francesa Juana de Arco.
En los créditos del disco se señala que en los coros participó una tal Ann Coates, pero en realidad es una broma, ya que es solo un juego  de palabras con Ancoats, el nombre de un distrito de Manchester. Esa voz aguda que se escucha en los coros es simplemente Morrisey sincronizado en un tono mas alto hasta llegar a cantar como Alvin y las ardillas. Cuando tuvo que grabar el coro, Morrisey no podía contener su risa al escuchar ese efecto sonoro, y eso llevó a que estuvieran casi tres horas tratando de terminar la parte vocal.

"The Boy With The Thorn In His Side": Como ya mencionamos mas arriba, la banda no la estaba pasando muy bien con su sello discográfico, y en esta canción barren con estos agentes musicales que lo único que quieren es ganar dinero, sin escuchar atentamente las canciones, procurando de ir por el pop desechable sin importarle quien la canta.
Esta es la primera canción de los Smiths que contó con un videoclip. Es que ellos no les interesaba mucho esa idea, pero tuvieron que ceder ante las presiones de su sello. "Nos creiamos muy punk-rock por comportarnos de esa manera" diría Marr . El guitarrista también declararía, años después, que el video era una brutal basura y que le daba mucha vergüenza verlo en la TV.

"Vicar In A Tutu": Morrisey venía de una familia católica, pero eso no era algo que le evitara burlarse de los valores religiosos. Y en esta canción con aires de rock and roll y bastante divertida, el cantante saca frases criticando el doble estándar de las Iglesias, que fomenta el individualismo, la culpa y el creer que son ellos quienes tienen el divino derecho para decirnos que esta bien o que esta mal. Una canción que hasta hoy en día suena actual.
La frase "the roof of the holy name church" se refiere a una iglesia católica ubicada en el barrio universitario de Manchester.

"There Is A Light That Never Goes Out":  Esta canción está inspirada en la película de 1955 "Rebelde Sin Causa", que estaba protagonizada por James Dean, uno de los héroes de Morrisey.
Con un intro que toma acordes de una canción de Marvin Gaye llamada "Hitch Hike", la canción nos habla de un individuo que cae a primera vista rendido ante la belleza de un conductor. La canción es de amor extremo, donde frases como "no me importaría morir si chocamos con un bus, ya que lo haré a tu lado" dejan en claro que esto toma tintes cursis pero sin caer en exageraciones baratas.
Para Marr esta es la mejor canción de todo el repertorio de la banda, y tiene razón ya que con el paso de los años a quedado como un himno de amor pese a que recién fue sacado como single el año 1992, cuando fue la elegida para promocionar el compilado "Best II". La razón por la cuál no fue single del "The Queen is Dead", era por una vieja costumbre que tenían como banda y que consistía en dejar de lado un potencial single para que la gente reclamara o simplemente quedara colgada ante las dudas. Tras el éxito de la canción, el cantautor español Mikel Erentxun le hizo una versión en español llamada "Esta Luz nunca se apagará" , que fue publicada en 1992 y que mas de algun lector ya la ha escuchado en alguna radio.

"Some Girls Are Bigger Than Others":  Y la canción que cierra el disco es una que habla, de manera cómica y burlona, sobre la feminidad. Aquí Morrisey quería dejar en claro que las mujeres no eran como las que salían en la televisión, donde se caen en estereotipos en cuanto a cuerpo pero no de alma.
La idea de hacer un falso "fade out", ese efecto que hace desvanecer la pista y de un momento a otro volver a hacerla sonar, fue del ingeniero Stephen Street. "Era una manera encantadora para terminar el disco" diría el ingeniero, aunque algunos cercanos a la banda declararon que fue un simple error que pasó colado a la hora de la mezcla. 

En sus casi 37 minutos de duración "The Queen Is Dead" nos deja en claro que es el mejor disco The Smiths . Es que contiene a la banda en su mejor momento musical y lo dejan muy en claro en estas canciones donde exploran diversos estilos musicales y estados de ánimo.
Lamentablemente sería el principio del fin de la banda, ya que las diferencias al interior de la banda se hicieron ya incontrolables, en especial con la guerra de egos entre Marr y Morrisey. A eso había que sumarle los problemas de Andy Rourke quien por su fuerte adicción a la heroína ya no estaba  apto para seguir en la banda. En la primavera de 1987 The Smiths le puso el punto final a su historia y de inmediato le dio paso a la leyenda porque esta luz nunca se apagará....


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